
Llegamos a la capital y ya en el
museo, nos dijeron que había dos turnos; así que, mientras realizaba la
visita 4º B, los demás fuimos a dar una
vuelta. Algunos compraron algo de comer y el resto estuvimos esperando en un
parque, jugando.
Antes de que empezara nuestro
turno, nos acercamos a dejar las mochilas y abrigos en la consigna de la
entrada. Comenzamos la visita en el piso de arriba. Las habitaciones estaban
decoradas con cuadros y muebles de la época y casi parecía que de verdad
estuviéramos en ella. Conté hasta seis pianos en todo el museo, y me
encantaron. El suelo era frágil por lo que estaba cubierto con alfombras. Se nos
advirtió que no podíamos tocar nada.

Acabada la visita, seguimos
caminando por Madrid y un poco antes de volver, nos dejaron tiempo libre, de
modo que mis amigas y yo fuimos a una tienda cercana que conocíamos,
especializada en libros ilustrados. Volvimos sobre las 14:00, también
en el metro.
Aquel día lo disfruté mucho y
espero que se repita.
Alba Del Castillo Simón, 4º ESO C
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