LISA
Y entonces escuchó un grito, y atemorizado, entró allí.
Una imagen dantesca se
presentaba ante sus ojos, para su estupefacción, su amada, su idolatrada Lisa,
yacía tendida en el suelo, apuñalada.
Creyó enloquecer, la llamó
en vano, susurró su nombre, pero solo se escuchaban sus lamentos inconexos de
dolor.
Aunque solamente la había visto en dos
ocasiones su angelical rostro se había adueñado de su ser y juró amarla para
siempre con el amor más puro.
Un trozo de su alma se había desecho al morir Lisa.
Inesperadamente, allí estaba
el execrable asesino, que sin percatarse le había matado también a él de dolor.
Enajenado, lo mató, solo por
hacer justicia.
Ahora le acusan de haber acabado
con quien más ama.
¡Que absurdez! ¿Quién podría
creer semejante desvarío?
Lisa, te Amo, perdóname,
siempre estaré contigo.-dijo, con lágrimas en los ojos.
Un disparo sonó en su celda que quedó en
silencio.
145 Palabras.
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